Pocas sesiones son tan placenteras como las escapadas con los amigos a fotografiar paisajes perdidos (o no tanto). Sobre todo después de varios trabajos en el estudio o con el estrés que conlleva la moda y la publicidad.
El resultado siempre es lo de menos, pero nunca está de más hacer un buen trabajo.
Unos consejillos:
- Conocer con antelación el sitio nos ayuda a elegir la hora y el lugar adecuado para las mejores fotos.
- Madrugar siempre nos hace alargar el día, pero si madrugamos más aún, podremos fotografiar al alba, el resultado será aún mejor.
- Usad angulares, aunque un zoom-angular o un tele nos puede hacer encuadrar mejor y eliminar lo que no deseemos que salga en la foto, o incluso buscar un encuadre originial
- Se suelen usar composiciones horizontales, aunque a veces es bueno salirse de las normas...
- Aperturas muy cerradas, para que todo salga a foco.
- El trípode es esencial, de ese modo no nos trepidarán las fotos cuando usemos aperturas cerradas y/o tiremos con poca luz.
- Siempre llevad filtro polarizador para mejorar los cielos y eliminar reflejos.
- Tambien es importante un degradado neutro para cuando queramos compensar el exceso de luz del cielo.
- Llevad una bolsa de plastico vacía para llenarla de arena o piedras y anclad el trípode en zonas con mucho viento o inestables.
- Lo más bonito es usar luz natural, pero si hay zonas demasiado oscuras, mejor iluminarlas con un flash de mano a pilas que usar un HDR.
- Colocad la cámara en modo paisaje, o hacedlo posteriormente en el RAW.
- La regla de los tercios es fundamental para conseguir imágenes de libro.
- También la de las diagonales, sobre todo cuando tenemos cascadas en la imagen.
- Paciencia, muchísima. Una buena foto cuesta conseguirla, pero de eso se trata, de pasar un día relajado.