El objetivo de casi todo aficionado y amateur a la fotografía es crecer y evolucionar, hacer cada vez fotos que gusten más a uno mismo y a su entorno. Igual pasa con los profesionales, aunque la progresión y crecimiento es para que las fotos gusten más a los clientes que nos contratan o que están decidiendo contratarnos.
Este artículo está redactado después de la experiencia de mi Academia Presencial, ya que la asistencia de alumnos es casi del 100% cuando hay clases prácticas con modelos pero decae hasta incluso un 50% en las clases teóricas.
Practicar te hace evolucionar solo cuando analizas tu forma de disparar, de dirigir a los modelos, tu toma de decisiones con respecto a la luz, encuadres, parámetros de cámara y de flashes,.... Cuando analizas las fotos resultantes preguntándote porqué no son mejores, porqué no te gustan las que no te gustan, cómo podría no cometer esos errores más, etc....
Pero ¿Cómo analizar tus actuaciones y fotos si no tienes una referencia? Esa referencia viene de las clases teóricas, donde se analizan fotos correctas de profesionales del sector, campañas publicitarias de firmas de primer nivel y editoriales en revistas de primera fila mundial. Con ese punto de partida y referencia es cuando podemos aplicar orientación y una guía en el trabajo práctico y luego analizar los resultados para ver si se han conseguido o dónde pueden estar los errores cometidos.
No descuidéis la formación teórica, si nadie te enseña para qué sirven los botones de tu cámara, si nadie te enseña lo que es la apertura, velocidad, iso, balance de blancos, etc... y su efecto al ser modificados, nunca aprenderás a manejar una cámara por mucho que hagas fotos con ella.
Nunca descuidéis la formación, se hacen mejores fotos con conocimientos que con un equipo mucho más caro.
