Cambiar la ubicación de los flashes en el estudio, así como usar diferentes números de flashes y los cabezales de los mismos es algo obligatorio para un fotógrafo que gusta experimentar y que tiene por norma el variar la iluminación de sus trabajos para ofrecer resultados diferentes entre si.
Muchos esquemas de luces podemos descifrarlos tras observar fotografías de otros colegas que nos gusten, solo hay que saber estudiar las partes iluminadas y las sombras para descubrir si la luz es blanda o dura, el número de flashes usados y su ubicación alrededor del modelo. Para quienes aún no sean capaces de "adivinar" esos esquemas, lo mejor es experimentar en el estudio con un modelo, probar esquemas nuevos, mover constantemente las luces y hacer pruebas para luego observar en casa los resultados.